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Después del parto. La lactancia: materna, artificial, mixta.
Una vez ha nacido tu bebé pasarás a tu habitación, en donde el personal de la planta de enfermería te hará los controles y los cuidados adecuados para una más rápida recuperación. Por lo general y salvo casos muy especiales, ya a las dos horas deberás hacer pipí y posiblemente te ayudarán para que te levantes y pasees. En los dos o tres días que estés en la clínica se vigila tu estado general, se valora cómo el útero se contrae, se controlan los puntos, si los hay, y se vigilan los pechos tanto si estas dando de mamar como si no.
Hoy en día el bebé se queda en su cunita en la misma habitación de los padres y solo se lo llevan a la nurseria para los controles del pediatra.
Hay varios test que se le puede hacer al bebé después del parto, pero hay uno, la prueba del talón, que es imprescindible y que sirve para detectar precozmente enfermedades metabólicas congénitas y para prevenir sus consecuencias.
Dentro de la evolución natural de las cosas, cuando una mamá ha tenido un hijo, la forma de alimentar al recién nacido debería ser con la lecha materna. Ahora bien, no es imprescindible. Cuando hay alguna contraindicación para la lactancia o simplemente cuando la mama no quiere hacerla, se administran unas tabletas para evitar la subida de la leche. En estos casos el pediatra informa del mejor tipo de leche artificial que deberá tomar tu bebé.
La propia enfermera de nurseria o la comadrona os dan los consejos para cuidar los pezones y evitar las grietas del pezón. Ellas o el ginecólogo informan de cuando hay que utilizar pezoneras o el tipo de protector o empapador del pezón más adecuado.
En algunos casos, el pediatra informa que es preciso complementar la lactancia materna con la artificial y da los consejos y las pautas para este tipo de lactancia (lactancia mixta).
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Después del parto. La vuelta a casa.
Al volver a casa conviene que hayáis dejado las cosas preparadas de la habitación del bebé para no tener que improvisar nada. En alguna de las clases de preparación al parto os habrán dicho las cosas que necesitáis para el bebé: tipo de ropa, chupetes, biberones si son necesarios etc.
A vuelta a casa no aconseja que, inmediatamente hagas una vida normal. La recuperación deberá ser progresiva. Tanto li le as de mamar al bebé como si no, hay que recordar que cada dos o tres horas los recién nacidos se despiertan. Por eso deberás evitar, los primeros días, hacer las tareas de la casa, evitar esfuerzos o hacer una vida normal como antes de tener al bebé. Es importante que adaptes tus horas de sueño con las de vuestro hijo, aprovechando que él duerme para que tú también descanses. La alimentación en casa podrá ser normal aunque, como ya te habrán dicho en la nurserí, hay alimentos que dando de mamar no puedes tomar, ya que le dan mal sabor a tu leche y el bebé lo nota.
La higiene deberá ser cuidadosa, lavándote la vulva después de cada vez que hagas pipí. El secarte la herida con un secador o no depende de los consejos que te haya dado tu médico.
En los casos de cesárea los cuidados serán un poco mayores y para la limpieza de la herida utilizaras gasas estériles.
La propia comadrona o el médico te aconsejaran si, en tu caso,, es conveniente utilizar una fajita o no.
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La Cuarentena. La revisión posparto.
Unos días después de salir de la clínica, tu médico te aconsejará hacer una visita en su despacho para verificar que todo esté bien, te dará unos consejos del tipo de vida que podrás seguir y te dará cita para la cuarentena.
La visita de la cuarentena se hace entre los 25 y 40 días tras el nacimiento del bebé. En ella el médico comprueba que todo haya vuelto a la normalidad. Solo cuando surja algún inconveniente antes de esa fecha, con dolores de vientre intensos, dolores de la herida, pérdidas de sangre mayores que una regla, fiebre o dolores en un pecho, deberás acudir de urgencias al despacho para una visita.
En la visita de la cuarentena se planteará cómo recuperar el tono del suelo pélvico y/o de tu silueta.
Se planteará también el método anticonceptivo de vuestra preferencia.
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Prevención de defectos congénitos en el bebé con técnicas no invasivas
El “triple Screening”, que determina en un tanto por ciento el índice de probabilidades de riesgo fetal. Este índice se calcula al relacionar la edad de la paciente, los datos de la ecografía de la semana 12 y el resultado de un análisis de sangre específico.
El Cribado materno o “Test Prenatal No Invasivo”, nuevo procedimiento diagnóstico que, con una fiabilidad de hasta un 99,9%, determina la normalidad de los cromosomas fetales a través de una muestra de sangre de la madre. Hay diferentes modalidades del cribado: el más escueto, en el que se analizan los cromosomas que están asociados con las malformaciones más frecuentes (como el Síndrome de Down, el de Patau o el de Edwards), y otros más completos con los que se estudia un mayor número de cromosomas, con lo que se pueden detectar otras alteraciones conocidas como microdelecciones, causantes de graves problemas en el desarrollo del feto.
El Cariotipo Molecular Prenatal (Hibridación Genómica Comparada: CGH), que es un análisis de sangre que permite detectar alteraciones genéticas que pasan desapercibidas en el cariotipo convencional. Se hace, con ello, un estudio completo del genoma de la paciente. Se realiza tras recoger una muestra de la placenta o del líquido amniótico procedente de una biopsia corial o una amniocentesis. Está especialmente indicado en aquellos casos en los que se debe detectar una enfermedad congénita muy concreta.
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Vacunaciones durante el embarazo. Gripe, Tosferina, GGAnti D.
La vacunación de las embarazadas, para enfermedades como la gripe o la tosferina, tienen como finalidad la protección del bebé durante los seis primeros meses de vida del bebé, periodo de tiempo en el que el recién nacido aún no ha tenido tiempo de hacer anticuerpos siguiendo su calendario de vacunas. No se ha demostrado que se hayan presentado reacciones adversas ni para la madre ni para el feto y se debe hacer entre la semana 26 y 37 del embarazo.
No obstante la administración de a vacuna es una decisión personal en la que cada pareja ha valorado su equilibrio entre riesgos y beneficios.